Oración por mi sanidad y por la curación de mis familiares enfermos


oracion cuando estamos enfermos



Cuando recibimos la curación de Dios de una enfermedad que nos estaba agobiando, no es sólo para nuestro propio beneficio, sino también para el de los demás. 

Podemos ser una inspiración y un testimonio para otros que puedan estar pasando por luchas similares.

Te invito a hacer esta oración por tu propia curación por parte de Dios, el sanador divino, el que todo lo puede hacer. 

 Ora con toda tu confianza puesta en Él.

Oración por mi sanidad y por la curación de mis familiares enfermos

Dios de poder y gloria, todopoderoso Señor, hoy vengo ante ti con humildad de corazón, esperando tu misericordia para mi vida y para la vida de cada uno en mi familia.

Gracias porque tú has sido fiel y seguirás obrando con tu mano sanadora sobre mí y sobre mi familia. 

 Hemos visto antes que tú nos has curado cuando hemos estado enfermos.

Hoy te pido que restaures completamente mi salud, que me des fuerzas, que también 
tú fortalezcas y sanes a los de mi familia que han estado débiles. 

Gracias por haber provisto para lo que hemos necesitado, para las medicinas, para las visitas al médico, para el acompañamiento en este tiempo.

Te ruego que hagas tu obra sanadora en nuestros cuerpos y que nuestro buen ánimo se mantenga, que sintamos el gozo de tenerte a ti y de crecer contigo espiritualmente.


Tú eres nuestro salvador y nuestro sanador. Gracias por ser nuestro amparo y nuestra fortaleza, por ser nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Confío en ti, Señor, eres mi refugio donde vivo confiada.

Que mi fe no decaiga sino que sea fortalecida. Ayúdame a recordar tus promesas de sanidad, tú eres el que sana todas mis dolencias. Creo en esa Palabra.

Tu Palabra es verdad y tú eres el Dios de la vida, eres mi fuente de vida y salud.

Señor, con tu mandato fueron creados los cielos y la tierra, que tu mandato de sanidad me libere de toda carga de dolor, de opresión, quita el desequilibrio de mi cuerpo y que tenga vitalidad.

Ayúdame para mantenerme creyendo en tu poder. Tú eres el vencedor y el victorioso sobre toda enfermedad.

Contigo voy adelante y me levanto con nuevas fuerzas.

En tí confío en este momento, mi fe se sostiene en tu fidelidad, tengo toda mi esperanza puesta en ti.

(Relacionado: Oración por la salud de un ser querido)

Gracias por tu sanidad, gracias por romper toda cadena de enfermedad y gracias porque me liberas para alabarte y glorificarte.

Para ti no hay nada imposible, yo creo que así como resucitaste a Lázaro también me darás vida plena a mí y a mis familiares. Creo, lo creo con todo mi corazón.

Me cubro con la sangre de Cristo y cubro a cada familiar enfermo. 

Oro hoy en este precioso nombre de Jesús, Amén.




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Video con oración para que Dios me sane



Historia Bíblica de la curación de un servidor de un Oficial romano.


Esta historia real de la Biblia sobre la curación de una persona donde no estaba Jesús presente en persona también te da esperanza para tu propia sanidad cuando estás enfermo aunque sabemos que Jesús es real y en cualquier momento sin importar la circunstancia o el lugar puede sanarte.

Lee con detenimiento la historia y espero que esto aumente tu fe.

Curación de un servidor de un oficial romano

Lucas 7:1-10 NTV.

Cuando Jesús terminó de decir todo eso a la gente, regresó a Capernaúm.

En ese tiempo, un apreciado esclavo de un oficial romano estaba enfermo y a punto de morir.

Cuando el oficial oyó hablar de Jesús, envió a unos respetados ancianos judíos a pedirle que fuera a sanar a su esclavo.

De todo corazón, le suplicaron a Jesús que ayudara al hombre. Le dijeron: «Si alguien merece tu ayuda, es él;

pues ama al pueblo judío y hasta construyó una sinagoga para nosotros».

Entonces Jesús fue con ellos; pero, justo antes de que llegaran a la casa, el oficial envió a unos amigos a decir: «Señor, no te molestes en venir a mi casa, porque no soy digno de tanto honor.

Ni siquiera soy digno de ir a tu encuentro. Tan solo pronuncia la palabra desde donde estás y mi siervo se sanará.

Lo sé porque estoy bajo la autoridad de mis oficiales superiores y tengo autoridad sobre mis soldados.

Solo tengo que decir: “Vayan”, y ellos van, o “vengan”, y ellos vienen. Y si les digo a mis esclavos: “Hagan esto”, lo hacen».

Al oírlo, Jesús quedó asombrado. Se dirigió a la multitud que lo seguía y dijo: «Les digo, ¡no he visto una fe como está en todo Israel!».

Cuando los amigos del oficial regresaron a la casa, encontraron al esclavo completamente sano.



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